Recetando zapatos del Dr. Scholl para unos pies maltratados

Antes (ahora lo dudo) una iba a la farmacia y le recetaban unos zapatos del Dr. Sholl para poner coto a unos pies doloridos y mortificados por el afán de llevarlos siempre a la moda. Una se ponía esos pares y los dolores se apaciguaban, pero, por desgracia, los zapatitos parecían algo reñidos con la estética con su caparazón de plástico desfasado y su gel masajeador. Pero ahora los señores de la marca, nacida en Chicago, se han propuesto modernizar su nómina de diseñadores y apuestan por creaciones que, aunque no son el colmo de bonitas, no andan “desencaminadas” y tienen un cierto toque de estilo. Así, tenemos estos modelos no demasiado vertiginosos, pero sí cómodos, para deslizarnos como reinas por las buenas temperaturas: zapatos planos, zuecos, sandalias de medio tacón, aderezados con piel, ante, rafia y una pizca de imaginación. Así que me acerco a la barra de la farmacia y ya sabéis:  ¡marchando unos zapatos del Dr. Sholl!

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